miércoles, febrero 06, 2008

Mi primera separación

Pánico. Tengo que dejar por tres días a mi bebé por primera vez. Desde que nació ni siquiera he tenido que vivir el temido final de la licencia de maternidad y separarme de ella durante el día. Trabajo escribiendo desde la casa y acomodo las citas de trabajo y entrevitas a sus horarios de sueño y comida.

A veces la llevo incluso al Museo donde he estado escribiendo el guión de una exposición. El lunes tenía que cubrir la manifestación contra las Farc para un medio francés y me la colgué al otro lado de la grabadora y la libreta. Había unas señoras de uña pintada con un cartel de NO MAS SECUESTROS muy indignadas, pero no con los secuestros, sino con que "ese bebé" se va fuera insolar (por supuesto yo la había embadurnado de bloqueador pediátrico).

Tan pendiente vivo de ella, que a los seis meses sigo amamantóndola exclusivamente, y la niña no acepta ni siquiera la leche materna en biberón. Ya venía diciendo en el anterior post que tenía que arreglar ese problemita cuando resulta que tengo que viajar este viernes para un artículo y dejar a la niña tres días con su papá.

Es una crónica de turismo de aventura sobre los paseos en balsa por el río la Vieja en el Quindío para una compañía aerea. Me comprometí a hacerla porque no quiero perder ese trabajo ocasional que es muy divertido.

Al principio pensé que podía llevarme a la chiquita conmigo, pero no me atrevo a meterla en la balsa. No es como si pueda explicarle que en caso de que nos caigamos al agua tiene que cerrar la boca.

Así las cosas, Amalia tendrá que aprender a tomarse el tetero si no quiere morirse de hambre. Yo me llevaré la maquina extractora de leche y no sé en qué momentos del día me ordeñaré para no congestionarme.

JM tendrá la parte más dura, pero no parece preocupado. Yo le digo que va a darse cuenta de todas las cosas que hago como mamá y va a valorar más mi trabajo extra, pero él no me cree. Ya veremos como resulta todo.

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